Hoy puede ser un día cualquiera, un día incoloro, de profundidades vacías.
O un día montañoso, de picos agudos y coronas, en el cielo, blancas.
O un día oceánico, mentolado y feroz, con suaves toques de eucalipto.
O un día de relleno, o de paredes blancas, o de líneas horizontales de cuaderno con notas recordatorias en los márgenes.
Con lo cual, llegados a este punto, pudiera ser un día magnífico emergiendo de un hoy cualquiera.
Pero lo increíble del asunto es que así pueden ser todos los días…