Hay miradas acumuladas en la memoria que dejaron borrones en las páginas de nuestra vida. A través de la recapitulación es posible pintar esas zonas oscuras de colores intensos; transformarlas en recuerdos imborrables que se antepongan a capas y capas de vivencias solidificadas por la repetición…
Hoy puedo y quiero regresar a la escarcha que cubría el olivar y, aceptando el frío de las horas tempraneras, sentir el calor humeante de la lumbre encendida con ramas secas. Puedo ahora transformar el encierro fastidioso en la tarde veraniega ante la lluvia que caía tras el cristal, respirando hasta saciarme del olor a tierra mojada después de la tormenta. Puedo acariciar desde aquí los libros de texto desparramados sin orden ni concierto en la mesa de estudio, o sentir el tacto de aquéllos que apilaba como un tesoro en la estantería de mi habitación, agradeciéndole hoy a la lectura tantos paisajes que desplegó por detrás de cuanto miraban mis ojos en derredor… Pues fueron esas lecturas las que sembraron en mi alma el sueño de un mundo mejor, las que trazaron el interrogante de cómo soñarme a mí misma para ocupar un lugar en él, y también alumbraron las certezas que todavía hoy sigo conjugando en el tejido de mi propia existencia…
En la Biblioteca Lluís Millet i Pagès / Aiguafreda / Barcelona
¡¡¡Gracias, gracias, gracias, amig@s, por mostrarme la magia de las relaciones!!!