Búsqueda y Encuentro

El otro día reflexionaba sobre la diferencia entre vivirse la búsqueda o vivirse el encuentro. Caminar sin un mapa o seguir las huellas de los maestros… La vida es la Gran Maestra. Al final todos acabamos confrontándonos con nosotros mismos en esos tramos que marcan la trascendencia. Soledad, miedo, muerte, desamor, incertidumbre, vulnerabilidad…. Un buscador disciplinado, un discípulo, se pone por voluntad propia en esos tramos y aprende y trasciende y sigue adelante. La gran masa estamos entretenidos en crear un mundo de protecciones para evitarlos, pero en algún momento la vida nos pone delante del aprieto sin dejarnos opción a esquivarlo. Aun así podemos elegir entre rendirnos a nuestra verdad –y en esa rendición renace un nuevo canto a la vida– o rebelarnos –ensanchando la frontera entre vida y muerte, fortaleciendo el egoísmo, perpetuando el desamor en nuestras relaciones, haciendo a la duda inteligente…–.

¿Está más cerca de la iluminación el canto a la vida o el canto a lo que ya murió? ¿El canto a la expansión mental o el canto al vacío de la meditación? Para mí el canto mismo es la luz. La vida se nubla y llueve y truena para que una nueva expresión resplandezca con los colores del arco iris…

En Ananda Zentre – Miami Playa – Tarragona

¡¡¡Gracias, amig@s, por motivarme a escribir una página más en el aire!!!

San Valentín

«Muéstrame las espinas
que yo miraré las rosas,
aún conservan su fragancia,
aún perdura su hermosura…
Ya sé, no hay rosas sin espinas,
mas ¡cómo duele!
tú ya sabes cómo,
un amor sin rosas…”

Amor por omisión, que se espanta ante la consistencia, que sólo vive en la fantasía, que sueña un boceto imaginario donde incorporar una realidad tangible pero ninguna se ajusta a él. Y quiebra, modifica, mutila lo auténtico porque su esquema es irrompible. Amor predestinado a morir en la realidad y, conocedor de ello, me la niega rotundamente.

Amor usurpador, que se proyecta hacia otra mente, la seduce, la posee, la conquista, y la transforma en su reflejo, para luego descubrir que no soporta mirarse en ese espejo ya que siempre huyó de su propia imagen, la misma que ha compuesto frente a sí. Amor de manos abiertas que dejan caer lo que sostienen para alcanzar lo que me es negado.

Amor invadido, que se estira y se encoge, se expande y se reduce, se agrega y se mutila, en su intento de encajar perfectamente en el molde de otra identidad, pagando un doble precio al conquistador: el del esfuerzo por amoldarse y el de la pérdida de la propia identidad. Amor que guarda celosamente lo que recibe, y me hace depender de ello porque soy incapaz de generarlo…

… Pero anoche el amor entró en mis sueños dejándome un boquete abierto al exterior, un nuevo punto de referencia hacia el que mirar. Y me salvó, porque había dejado de creer en la vida, en ti, en mí, y me levanto hoy con la esperanza y curiosidad necesarias para seguir buscando. Ahora sé que se puede abrir una grieta en el tejado y tocar una versión más elevada  de lo que somos, de lo que sentimos, de lo que vemos en otros, de lo que pude percibir. Mas no podemos sentarnos tranquilamente a mirar el techo, hemos de arañarlo, romperlo, traspasarlo, si queremos acceder a ese anhelado mundo que nos  está esperando.

Extracto del libro Semillas de un sueño

En Annamorah / El Vendrell / Tarragona

¡¡¡Gracias, amigas, por encender y avivar el fuego de la comunicación!!!


La memoria de un olvido

Hace años que llevo el mismo libro pegado a mis manos, y ha crecido tanto en el proceso de presentárselo a tantas gentes, en tantos lugares, que se me derraman por la garganta las páginas que no quedaron impresas entre su cubierta. Aquellos primeros discursos escritos previamente, aquel temblor en la voz, aquella timidez escénica, fueron dejando paso a un flujo de información que recorre los mismos pasajes y, sin embargo, sigue viendo y transmitiendo planteamientos diferentes. El corazón abierto, la comunicación espontánea y una total conexión con esa Voz que va dictando mensajes inauditos en el aire… En realidad, no es tan importante la temática a tratar sino darle acogida a una información energética que cada cual interpretará en su propio entendimiento. Hay frases que adormecen, otras que generan discrepancias y están aquéllas que son como flechas lanzadas al otro hemisferio del cerebro. Son éstas últimas las que despiertan algo que allí dormía, y algo se estremece en tu interior cuando de pronto entiendes, de pronto lo ves, de pronto toma sentido el sinsentido de la vida.
Mas, para recordar se necesita energía. Fuerza que nos conduzca de nuevo a esos espacios anclados en la memoria de la sangre. Claridad para que esas imágenes que excluimos, pero que nos habitan, dejen de ser sombras que pesan en alguna parte. Acompasémonos entonces en un mismo ritmo y refresquemos la memoria de un olvido. El gran Olvido. Alcancemos juntos las reminiscencias de un pálpito, ése en el que vuestro corazón y el mío y el de todo ser vivo latían como uno solo, acompasados en el Corazón del Universo…

 en Centro Annamorah

¡¡¡Gracias, amig@s, por compartir, por confiar, por estar ahí…!!!

Encuentros

Hay encuentros que nos desplazan desde la limitación material de lo viviente hacia la transmutación interior que se da en la crisálida, cuyo aleteo no es sino el curso incesante de la palabra sanadora. Alquimia del verbo, transmutación de lo sensible. La alquimia como un itinerario de correspondencias, un cruce de caminos entre la materialidad del mundo y la vida del espíritu. Así es, de hecho, cuando la comunicación busca la “piedra filosofal”, la metamorfosis del alma colectiva que celebra sus bodas con la materia enaltecida.

Hay encuentros que hacen posible la construcción de un hito más en el camino de la consciencia, aun a sabiendas de que habrá desfallecimientos y que el desaliento siempre nos acecha. Confiemos, confiemos siempre, manteniendo esa actitud humilde a la vez que triunfante.

Cada cual está afinando su nota en esta Gran Sinfonía que es la vida, para que en algún momento se alcen a coro las voces, cantando: “¡Oh!, créeme, corazón, no pierdes nada. Guarda, sí, guarda para siempre lo que fue tu amor, lo que fue tu lucha…” –Sinfonía Resurrección de Gustav Mahler–.

En Centro Alquimia – Tarragona

¡¡¡Gracias amig@s del Centro Alquimia, por facilitar el amanecer de los Girasoles en Tarragona!!!