Yo contemplo la poesía como la flor del pensamiento. Aborde cada poema el asunto que aborde, siempre porta entre sus estrofas una emoción, un color, un perfume para quien se detiene a respirarla.
Desde esta perspectiva, la Naturaleza es una gran poetisa. Hay que fijarse cuántas flores nos regala, sobre todo en primavera.
El poema escapa de la mente discursiva, no explica nada, y sin embargo lleva en sí mismo la esencia de un recorrido, para quien guste de esencias ¡claro!
La poesía es el tiempo que se detiene en un instante para verse, siempre por vez primera, en el anverso de lo que siempre vemos y, a veces, incluso estamos hartos de ver…