Pienso a veces en la distancia justa que mantenemos las personas para no invadirnos en nuestra intimidad ni sentir el frío de la lejanía.
Me gusta el lenguaje del abrazo porque, sin medidas ni palabras ni confusiones, dice claramente cuán lejos o unidos estamos…
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Hasta el último aliento
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Tomo prestados estos versos de Miguel Hernández, para que vuelen esas palabras que vienen pesarosas a pronunciar la difícil encomienda de una despedida, con la esperanza de que al prenderse en vuelo sobre el adiós suenen las letras a un cántico de bienvenida.
Pero si se empeñaran algunos renglones en decir adiós, que sea a todos esos momentos en los que me he ausentado de tu conversación y de tu lucha. Ausente de los conceptos para hacerme presente en este Ahora sin orillas donde nos damos la bienvenida, cuando puedo yo darte las gracias por el fuego que ha encendido tu conversación y tu lucha.
Las gracias que siento hacia tu persona están esparcidas por muchos momentos de algunos años en los que hemos compartido tiempo y espacio, pero acude a este instante la primera vez que vi en ti al Hombre Fuego de las ceremonias ancestrales. El que sostiene la lumbre de la tribu, el calor de las almas, la fuerza sabia que, conocedora de su incapacidad para encender la noche, alumbra y calienta al trozo de oscuridad que se le pone delante.
Las gracias que siento hacia ese calor y esa sabiduría que desprende el fuego de tu vida están esparcidas por muchos momentos de algunos años, pero asoma por este instante el último encuentro en el que compartimos un propósito: celebrar unas Jornadas en Familia. Y es en este Ahora que puedo decir adiós al frío de los días fríos, y las conversaciones frías y las luchas que el tiempo enfría, para darle la bienvenida y las gracias a ese fuego que ha encendido tu vida, compañero, y enciende para la Familia un ¡Sí a la Vida!
!En memoria de Antonio Garrido, que luchó por una cultura de vida hasta el último aliento!
Elogio a una profesora
CONJUGANDO RECUERDOS EN LA PIZARRA DE LA NIÑEZ
Un color que me transporte a la infancia:
Los almendros vestidos de blanco en la Acamuña.
Una textura:
La escarcha que cubría el olivar en los gélidos inviernos.
Un sabor:
Las natillas con canela que comíamos de postre los domingos.
Un olor:
El de los libros de texto recién estrenados en cada ciclo escolar.
Un sonido:
La voz de Doña Dolores redactando un texto en la clase de lenguaje.
Una imagen:
En las antiguas escuelas del pueblo, los alumnos de 5º de EGB somos concursantes y espectadores en el concurso Un, Dos, Tres, que recreamos en una de las aulas. Después de algunas semanas de eliminatorias, calabazas y finalistas, mi compañera y yo somos condecoradas con el premio de la final: un libro que Doña Dolores nos entrega a cada una, El Conde Lucanor y El Libro del Buen Amor.
Un conocimiento:
Acabo de descubrir que Arcipreste de Hita se llamaba Juan Ruíz. El mismo apellido de Doña Dolores.
. . .
Hay recuerdos imborrables en mi niñez que, así como la hierba brota tímida entre las grietas del cemento, asoman rezagados entre las múltiples capas de vivencias acumuladas en la memoria. Lo que sucede a menudo es que cuando aparece el primero llegan detrás los otros, los recuerdos de la infancia que están en casa y los que juegan en la calle o hacen novillos una tarde de primavera… pero, acaso por el motivo que vengo a escribir estas líneas, vienen al encuentro los recuerdos que aprendieron en la escuela y, concretamente, de una profesora: Doña Dolores.
Hay referentes en mi recorrido que siempre puse por delante, y siempre me han alumbrado como un faro en la noche, pero sé que son aquéllos de los comienzos del aprendizaje, los de más atrás en el tiempo, los que determinaron un mapa sensitivo que después fue tomando cuerpo y realidad en el día a día. El gusto por ir a la escuela, por respirar el olor de los libros, las ansias por comprender, por conocer, se fueron gestando en mi conciencia infantil mientras tú, Doña Dolores, conjugabas frases y verbos en la pizarra. Hoy ya puedo entender que fue el amor que siempre has sentido y transmitido por el lenguaje de las palabras, el que absorbió esta aprendiza que he seguido siendo en las aulas de la vida, sentada por entonces en el pupitre de tus clases.
Hoy se conjugan los recuerdos y la conciencia que hizo su recorrido fuera de la escuela y del marco de la pizarra. El resultado es un ¡Gracias, Doña Dolores! ¡Gracias, Lola! Por haber insuflado en mi alma el amor hacia las palabras, la lectura y la poesía. Gracias por abrir en mi mente esa ventana que me ha mostrado tantos paisajes a lo largo del tiempo, en la medida en que fue asomándose la mirada de esta aprendiza sin edad.
¡Gracias, Seño, Señorita, Doña, Señora! Para mí sigues siendo un referente, por tu amor, por tu fuerza, por tu labor en las aulas y más allá del marco de la pizarra…
La niña aceitunera
«Yo soy para ti, florecilla, como la noche
misteriosa, sólo puedo darte silencio y olvido,
pero cuando abras tus ojos a la luz de la mañana,
mis lágrimas de rocío calarán el secreto
de tu alma…” Le dijo a esta niña un olivo.
La niña no olvida el misterio de su amigo.
Pasan las estaciones, el campo bebe y se renueva,
y al año siguiente regresa al olivar cargada de pañuelos:
ella secará las lágrimas de esos ojos secos
desvelándoles la risa iluminada del reencuentro.
Si no fuese por lo mal que lo pasa a primera
hora de la mañana, se diría que esta niña disfruta
de irse con su familia a la recogida de aceitunas.
Y es que lo peor es la llegada al olivar, cuando
el manto de escarcha todavía cubre el campo;
las rodillas se niegan a hincarse en la tierra helada,
y las gélidas olivas se le caen de las manos.
El padre mira a su niña: la carita roja de frío,
el cuerpo abrigado pero entelerido; de lejos va
y le grita: “Anda, corre y rebusca unas tamarillas,
que vamos a encender una lumbrecilla. ¡Aligérate,
hija, que se te vaya calentando la sangre!”
Y ella rastrea por todos lados su cosecha de ramas,
hasta que la parva se hace grande y suficiente
para que prenda un fuego reconfortante.
Acerca sus manos a la pira, y a través de la flama
mira a sus hermanos que ya terminaron de varear
un olivo y tiran de los fardos cargados de aceitunas.
Piensa ella en su amigo misterioso, y el árbol se crece
en su fantasía como una presencia erguida e inmortal,
siempre verde, en medio de la tierra árida y oscura…
“No te quedes ahí parada, hija –le dice su padre–,
que al frío se le vence con brío y celeridad”.
Ella corre en busca de más leña, no sea que se apague
la hoguera. Sólo cuando está segura de su flameante
fuerza, se acerca a los fardos y ayuda a sus hermanos
en la criba de tallos, para llenar de olivas los sacos.
Asoman los primeros rayos de sol que apenas calientan,
pero la niña, afanosa, ya no tiene frío: con la espuerta
a mano, se echa sobre la tierra y recoge las aceitunas
caídas; al lado de la patilla está la mejor solada
y entre puñado y puñado, la esportilla pronto se llena.
Entre puñados, olivos y salteos, desfila la mañana,
y cuando el gorrión en el albero busca su pitanza,
la niña piensa en la comida, esperando anhelante
que la voz de su padre anuncie la pausa del mediodía.
A sol y sombra, se sientan alrededor de la merienda,
y ¡qué rica está la comida que su madre les ha preparado!
El pan chorreando aceite en sus manos, el queso de cabra,
el surtido de la matanza, las nueces y la naranja…
Después descansan un rato, antes de seguir la faena:
el padre y los hermanos hablan de asuntos cotidianos,
pero a la niña le gusta echarse sobre la tierra, sentir
sus latidos al mirar el vasto cielo encima de ella.
Le gustan las burbujitas suspendidas en el aire,
como motas diminutas que se dejan arrullar
por el susurro de la brisa. Y le gusta disfrutar
de ese momento en que todo es ligero y fugaz,
como si de los altos cielos bajase hacia la tierra
un cortejo de hadas y en sus alas pudiera volar.
La tarde se le hace más larga y calurosa,
rehuye el sol buscando el frescor de la sombra.
Mantiene diálogos con cada olivo donde se posa
y a cada uno le cuenta cosas diferentes: la carta
que este año le escribió a los reyes; lo bien
que éstos se portaron; los estudios van regular;
lo peor las matemáticas; pero leer le encanta,
con el último cuento también lloró al final…
Y el olivo le responde con un poema:
“La vida está aquí, en esta tierra,
en la mente soñadora que se mira
en las estrellas. Yo no sé si soy un árbol
o un río invisible que mana aceite.
Aunque viva eternamente parado,
mi néctar recorre el mundo de mesa
en mesa, de labio en labio…”
Y entre puñados y espuerta, entre ramas y olivo,
entre silencio y diálogos, pasa amena la tarde.
El sol aprieta y da gusto coger las aceitunas
que están junto a la patilla del árbol,
pero sin olvidar los salteos, ¡eso nunca!
No le dan pereza a la niña los pasos,
pues allá donde ve una oliva, por lejos
que se haya caído, ella va y la busca.
Y esto sucede desde que una aceituna le contara
su historia, y lo cansada que estaba de volver
a ser tragada, una y otra vez, por la árida tierra.
Desde entonces la niña se ha convertido
en la salvadora de las aceitunas salteadas.
Las libera en sus manos, cual estrellas fugaces
que al vuelo alcanza y su destino lanza
en la espuerta, para que retornen a su seno
con la magia de saberse realizadas.
Pues toda aceituna se merece la vida
y el recorrido en que verá cumplido su sueño.
Si el destino de toda aceituna es tornarse aceite,
no ha de permitir ella que ninguna se quede
en el terreno, expuesta a ser devorada por la tierra,
teniendo que esperar a la siguiente temporada
para renacer de nuevo en la próxima cosecha…
Cuando la tierra empieza a adormecerse,
termina la jornada. Su padre reclama a la niña
para que ayude a doblar los fardos, y juntar el hato.
Todos regresan a casa con los huesos cansados
y un canto de paz en el pensamiento, en voz baja,
no sea que el cielo y el olivar se despierten…
La niña mira hacia atrás, hacia el campo de olivos,
cual si de lejos pudiese ver mejor a sus amigos,
feliz de que su infancia anide en esas ramas
que le han desvelado el secreto de su alma…
Girasoles al amanecer en Torredonjimeno – Jaén
AudioLibro
28 de Marzo // Presentación de LOS OJOS DE LA NOCHE en Capuchinos de Alcalá la Real
El lector viaja en el silencio de la página, conducido por un hilo mágico que sostiene las palabras… Pero, hoy, Los Ojos de la Noche han dado un paso más en el intento de acercarse, de crear resonancias en los corazones anhelantes de ese algo inexplicable que insufla aliento a lo literal. El hilo conductor de esta historia ya es una voz que suena dentro y fuera del libro…. Que disfrutéis del AUDIOLIBRO…
Extractos del AudioLibro Los Ojos de la Noche
¡¡¡Mi agradecimiento al Área de Cultura de Alcalá la Real, y a tod@s los alcalaín@s que os habéis acercado a este Encuentro!!!
Renace la visión
21 de Marzo – Presentación de LOS OJOS DE LA NOCHE en la Bibloteca de Castillo de Locubín
… No todas las montañas son iguales. Hay montañas jóvenes y otras que ya son ancianas. Montañas que transmiten la fuerza renovadora de la vida acogida en sus faldas, y otras de roca arraigada que miran cansadas el repetido discurrir de las generaciones, de historias que nacen y mueren en sus regazos. Las montañas sienten a través de las manos que reforman un tejado con goteras, de ésas salpicadas de cal que pintan de blanco la fachada de una casa, y también de aquéllas que hacen repicar las campanas en la torre de la iglesia, llamando con su consigna de toques rítmicos, a la misa, el entierro o la víspera de festejos. Montañas hay muchas, pueblos incontables, gentes innumerables, pero el hilo de los recuerdos se une con la mirada de la Camuña, en cuyas faldas ha crecido un pueblo en torno al castillo árabedel que sólo quedan unos muros de piedra como guardianes de la memoria histórica. Los ojos de la cima no precisan del castillo para reconstruir la trama viviente en ese laberinto de callejones que se expanden cuesta arriba. Como tampoco necesitan las rocas oír los rumores de las terrazas para conocer todos los secretos que esconden las paredes de las casas…
Extracto del libro Los Ojos de la Noche
La primavera es siempre un renacimiento. Renace la visión en estas páginas nocturnas que, como flores gestadas bajo la nieve, han querido abrirse al día con la primavera. Renace el balbuceo de los comienzos y el temblor en los trazados imprecisos, pero finalmente las palabras alzan su vuelo y dejan un rumor renovado en el pensamiento que abre sus jaulas.
¡¡¡Gracias, amig@s castiller@s, por acompañarme en este nuevo nacimiento!!!
Jornadas de alimentación
En estos últimos años he conocido a muchas personas de diferentes geografías que quieren dejar atrás la cultura del cemento, retornando a la cultura de la tierra. He visto muchos intentos de comunidades, apuestas comunes en pueblos perdidos o abandonados, donde un grupo de personas se asienta en un espacio virgen con la intención de reinventar la evolución a la vez que sueñan cómo reinventarse a sí mismas. El libro Girasoles al amanecer que escribí y me viví hace años, habla precisamente de ello. Sin embargo, pese a lo idílicas que puedan parecer esas páginas escritas, lo cierto es que el tejido del sueño bucólico se desgasta, se rompe, en el ejercicio de la convivencia. Y también porque hay que afrontar una realidad: la tierra exige, a quien la trabaja y vive de ella, una energía diferente a la sustancia de la que están hechos los ideales. Curiosamente, todos los grandes escritores que alabaron el campo, que ensalzaron la agricultura y el pastoreo, vivían en ciudades, así que poco sabían sus plumas de la labranza, la siembra, la cosecha, la siega, la ganadería, el horneo. Y es que la voluntad, la fuerza, el conocimiento de todo lo que está relacionado con la producción del alimento, anclan sus raíces en la memoria de los pueblos y de algunos abuelos que todavía viven para contarla, como así me la han contado….
En Frailes, III JORNADAS DE CRONISTAS E INVESTIGADORES DE LA SIERRA SUR DE JAÉN // Historia de la Alimentación en la Sierra Sur de Jaén
¡¡¡Mi agradecimiento a ADSUR y ACISUR por impulsar y organizar estas Jornadas, y también al Excelentísimo Ayuntamiento de Frailes por la acogida que nos ha ofrecido!!!
Un canto y un latido
Una Voz quiere convertirse en Palabra y decir lo que Sabe, pero los guardianes de la sapiencia la tienen aprisionada entre el pecho y la garganta. Acaso sea porque llega este Verbo con una afirmación rotunda que anula sin cautela todo aquello que yo sabía: Nada Sabes de lo que crees saber.
A veces también sucede que el discurso coherente se rebela imponiédose, pero no llega sino hasta donde la experiencia llega. No logra estirarse más allá de sus límites si no hay emoción ni fuego que lo sostengan. Se rompe así, en el mismo momento de pronunciarlas, la cohesión interna de las ideas, cual si fueran frágiles bocanadas de humo que se deshace al salir de la chimenea. Entonces llevo las frases de regreso a la piel del tambor, al canto, a la hondura del pecho, para que mis palabras beban de la fuente del sentimiento. No pasa nada si antes de alzarse al vuelo enmudecieran unos segundos en el latido primero ya que un renacido impulso las hace siempre danzar de nuevo.
¡Palabra que en tus altos vuelos te enamoras de un canto y un latido! ¡Ven! quédate un rato en la solidez de mis ramas. Haz tu nido de esperanza entre tantas ideas que se balancean al son de los vientos, para que un día cercano canten de dicha tus sílabas, para que tu música colme el vacío de tantas frases que quedaron secas y sin fruto.
Con la Asociación Las Mercedes // Alcalá la Real // Jaén
¡¡¡Gracias, amigas, por esta segunda oportunidad de compartir un rato con vosotras!!!
El olor de los libros
Hay recuerdos imborrables en mi niñez que se anteponen, así como la hierba aflora infatigable entre las grietas del cemento, a capas y capas de vivencias acumuladas en la memoria. La escarcha que cubría el olivar en los invernales fines de semana, el almendro vestido de blanco para recibir a la primavera, el olor a tierra mojada tras la tormenta veraniega, las hojas de otoño caídas en la vereda que conducía al colegio… Misterio de inocencia y sencillez el que se percibía en una flor, en un paisaje, en el transcurrir de los ciclos escolares.
También recuerdo el olor de los libros de texto desparramados sin orden ni concierto en la mesa de estudio, y el tacto de aquéllos otros que apilaba como un tesoro en la estantería de mi habitación. En mi mente adolescente, la literatura abrió una ventana a la que, sin que nadie me lo impusiera, quise asomarme para aprender a mirar otros paisajes, a oír otros pensamientos, a imaginar otras historias. Fueron esas lecturas las que entretejieron sueños de un mundo mejor y el interrogante de cómo soñarme a mí misma para ocupar un lugar en él. Ansias por conocer y conocerme, dudas. Y también certezas que después hube de conjugar en el tejido de mi propia existencia…
con el Club de Lectura – Instituto Pablo Rueda En castillo de Locubín – Jaén
¡¡¡Gracias amigas, por hacerme un espacio entre las líneas que vais leyendo e interpretando!!!
Modelos de mujer
“El problema de mi vida me anonada más cuanto más pienso en él. Quiero ser algo en el mundo, cultivar un arte, vivir de mí misma. El desaliento me abruma. ¿Será verdad, Dios mío, que pretendo un imposible? Quiero tener una profesión, y no sirvo para nada, ni sé nada de cosa alguna. ¡Esto es horrendo! Aspiro a no depender de nadie, ni del hombre que adoro. No quiero ser su manceba, tipo innoble, la hembra que mantienen algunos individuos para que les divierta, como un perro de caza; ni tampoco que el hombre de mis ilusiones se me convierta en marido. No veo la felicidad en el matrimonio. Quiero, para expresarlo a mi manera, estar casada conmigo misma, y ser mi propia cabeza de familia. No sabré amar por obligación; sólo en la libertad comprendo mi fe constante y mi adhesión sin límites. Protesto, me da la gana de protestar contra los hombres, que se han cogido el mundo por suyo, y no nos han dejado a nosotras más que las veredas estrechitas por donde ellos nos saben andar…” – Pérez Galdós
Ha pasado mucho tiempo, y han ocurrido muchos cambios, desde que este novelista del siglo XIX permitiera que el grito acallado de las mujeres de antaño hiciese eco en el devenir de la historia. He de reconocer que la fuerza de esta voz resonó también en mi desarrollo personal y, sin embargo, nunca me identifiqué ni tampoco me he implicado con el movimiento de reafirmación feminista más allá de gritarle a mi madre, en la adolescencia, por qué tenía yo que hacer la cama u ordenar la habitación de mis hermanos, o por qué éstos podían llegar más tarde que yo a casa. Admiro, no obstante, el grito que lanzaron otras féminas fuera de los tabiques del hogar, y cuya persistencia logró abrir las puertas para que la mujer pudiese elegir dónde y cómo quería desarrollar su expresión vital; lo admiro y lo agradezco puesto que, sin los cambios que ellas propiciaron, las veredas seguirían siendo estrechitas para unos y para otras…
¿Y qué grito, o de qué mujer, arrojaría Pérez Galdós en nuestros días? En el transcurso de mi existencia me he relacionado con mujeres que se asemejan al hombre, y con hombres que abanderan el modelo de la mujer. En la eterna danza de energías primordiales que se contraponen y abrazan al son de una misma música, que es la vida, he visto la ternura en los ojos de un padre y la autoridad en la mano educadora de una madre; he trabajado con directivas agresivas empeñadas en hundir a la competencia y con empleados sumisos que, resentidos y humillados por el despotismo de sus jefes, descargan su ira contenida en el hogar; he visto llorar a un amigo por un desamor y, anteriormente, he pasado horas escuchando las artimañas que mi amiga urdió para conquistarle… Después de tantas miradas sujetas al prisma hombre-mujer, cocina-despacho, cromosoma X-Y cromosoma, me interesa más la esencia masculino-femenina equilibrándose en cada persona. Busco referentes en el ser humano que evoluciona hacia la figura arquetípica del andrógino, y sé que para ponerme en el camino de alcanzarlo, tengo que comenzar renunciando al rebaño de mis hábitos, en el hogar y en el trabajo, pero, ante todo, en esos pensamientos ajenos que se piensan a través de mi cabeza.
Si una-o se para a pensar en sus revoluciones cotidianas y particulares, siempre llega a la conclusión de que acaba poniéndose el traje que antes rechazaba. Y es que, en el fondo, todas-os somos quijotes-soñadores buscando a su dulcinea-real, o sanchos-prácticos que finalmente despiertan en un sueño-quijotesco. Por eso no me interesan los roles que niegan lo opuesto, me interesa qué es lo que me afirma desde dentro cuando todo se derrumba a mi alrededor… Y este ¡sí! es el grito que hoy me anima a seguir planchando, creciendo, cocinando, aprendiendo, tejiendo sueños, o bailando en la plaza del pueblo…
Con la Asociación Las Mercedes de Alcalá la Real Jaén
¡¡¡ Gracias, amigas alcalaínas, por ese cariño con el que habéis acogido a esta niña aceitunera!!!
Sembrando propósitos
Imaginemos entre tod@s un gran árbol con muchas ramas donde colgar todos los acontecimientos que le dieron luminosidad a nuestras vidas, pero deshojado ya de todo aquello que queremos dejar atrás… Aunque os parezca desnudo, le estamos dejando espacio a otra primavera cargada de sueños vivos… Poco a poco, a lo largo del nuevo año que se acerca, irán asomando tallos tímidos y brotarán los frutos de esos propósitos sembrados en este compartir…
De pequeños detalles está formada nuestra vida, de fragmentos de tiempo, trozos de felicidad, nostalgia, alegría, tropiezos…
Un atardecer, la belleza expresada en el arte de vivir, de ser, de un paisaje que dibuja y difumina el horizonte de nuestro camino… Compartir.
Nunca es tarde para cambiar, perdonar, sanar relaciones.
Soltar nudos y amarras… eso nos hace libres. Nos engrandece… Cantar.
Sembremos propósitos hoy, mañana y siempre, con semillas de Amor, Voluntad y Discernimiento, la cosecha no puede ser sino Abundancia en todos los aspectos de nuestra vida.
Encuentro en la Casa de la Juventud de Alcalá la Real – Jaén
¡¡¡Gracias, amig@s por ese compartir donde Corazón y Palabra latieron al unísono!!!
Creación Literaria
– Para mí la literatura es un vehículo, no un fin. Sé lo importante que es aprender a manejar el vehículo -y en todo taller literario se indaga en los mecanismos, en la técnica – pero lo que me interesa en verdad es adónde me lleva éste. Viajar. Viajar a través del silencio y del pensamiento, de la imaginación creadora, que no es lo mismo que fantasear, aunque bien es cierto que no esquivo la voz de la fantasía cuando viene a dictarme un párrafo o me deja una imagen para que trabaje sobre ella.
– Escribo por vocación, o, aunque parezca paradójico, por necesidad de transformarme en lo que, en esencia, ya soy. La vocación, en este contexto, sería algo así como girar la mirada hacia el mundo del pensamiento; escribir, decirle a una imagen mental que la has mirado, que la has visto, y disponerte a traducirla en palabras sobre el lienzo blanco de una página. Hay una metamorfosis en este proceso que te acaba transformando personalmente, de tal manera que las mutaciones que he ido teniendo a lo largo de mi proceso vital han sido primero transformaciones en mi manera de mirar.
¿De qué hablamos cuando hablamos de poesía?
Deshacer ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma…
Aventad las palabras….
Y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía. –
“Versos y oraciones del caminante” de León Felipe
* * *
CONSEJOS DE FEDERICO GARCÍA LORCA:
1. El poeta no debe abrigar ningún manto para abrigar las carnes ajenas: ¡antes al contrario! Debe dejar las cosas expuestas al frío y al calor.
2. Donde se alza la rosa hermética de la encrucijada, allí debes cantar tu canto (vertical y firme).
.3. Debes llenar de nubes tus poemas para que alguna vez lluevan sobre ellos y no se sequen demasiado.
4. Entre un poema y un árbol hay la misma diferencia que entre un río y una mirada.
5. No olvides nunca, para tu mejor gobierno, que la rana critica durísimamente el delirante vuelo de la golondrina.
6. Tan misteriosa es la forma y el sonido de una palabra (como) su significado real.
Con el Club de Creación Literaria // Instituto Pablo Rueda // castillo de locubín – jaén
¡¡¡Gracias, amigas, por permitirme unos renglones en ese espacio tan ameno que estáis creando!!!
Cultura de Vida
Vemos señales claras y diáfanas, en el espacio y tiempo que nos ha tocado vivir, de un despertar de la Consciencia. Es sin duda un despertar gradual y lento, todavía circunscrito a grupos minoritarios sin influencia social alguna, pero este progresivo desperezamiento es un signo esperanzador indicándonos que tras las penumbras que nos atenazan desde hace tiempo asoman ya los primeros rayos de un nuevo amanecer, de una cultura de vida… Todo se andará.
Por lo pronto, comprobamos -y esto es sólo un comienzo- que hay grupos de personas, que estando de vuelta del materialismo, del consumismo, del estrés, de la vida artificial y artificiosa en definitiva, quieren cambiar la energía propia y de su entorno, integrando e integrándose en un ambiente natural y sano, transformando poco a poco el pensamiento compulsivo que ha caracterizado sus vidas por un pensamiento consciente que dará sus frutos en una convivencia más plena y amónica… En esa dirección caminamos…
En las Jornadas de Bio-cultura de Alcalá la Real Jaén
!!!Gracias, Aspasana, por hacernos participes de estas vivificantes Jornadas!!!
Los ojos del peregrino
Mi tiempo se acabó antes de lo previsto y no pude permitirme más días en el Camino. La realidad que dejé atrás se colocó, irremediablemente, delante de mí, sin ofrecerme opción alguna para evitarla. Pero no creas que la decepción hizo su asomo ante la idea de abandonar mi aventura casi a las puertas de superar el objetivo; llegar a pie hasta el final. ¡Qué importancia tenían unos kilómetros más o menos! Los pasos andados ya me enseñaron que proyectarse hacia delante no tiene tanto mérito, es una continua práctica de ejercicios que la propia existencia ya te hace desarrollar, constancia, resistencia, voluntad. Y, sin embargo, lo más arduo, es llegar al momento en que te encuentras ahora. En los breves instantes que lo conseguí, sentí que aquello debía ser lo que los místicos definen como cielo.
No pude resistir la tentación de subirme a un autobús que recorrió en pocas horas la misma distancia que mis pies hubiesen tardado unos días en andar, para regalarme, aunque solo fueran unos momentos, en esa ciudad que siempre estuvo ahí como destino final. ¡El gran trofeo a mi esfuerzo! No me dirigí hacia ella para recoger el premio, sentía que la experiencia ya me había condecorado por sí misma, el motivo fue más bien entregarlo como ofrenda. Y cuando crees que puedes ofrecer un trocito de ti a la vida, ésta te sorprende con todo un banquete de placeres desplegados para deleitarte.
La cara risueña de aquella que me regaló su libro. Los brazos abiertos hacia quienes me dieron un soplo de aliento. Palabras de agradecimiento al que curó mis heridas. Risas cómplices al rememorar momentos compartidos. Apretones para aquel que me animó con su estímulo. Despedidas que no llevaban el peso del adiós sino la dicha de habernos conocido. Aire festivo. Pieles curtidas por los elementos. ¡Y la luz! ¡Esa luz en los ojos del peregrino tan difícil encontrar en el ciudadano de a pie! …. // Extracto del libro Semillas de un Sueño
Celebración de la Semana del Libro en Castillo de Locubín / Primer encuentro de escritores andaluces
¡¡¡Gracias, Castillo de Locubín, por una página más en nuestra trayectoria literaria!!!
El eje del ser
En estos días en que el mundo parece tambalearse en el abismo de la crisis, nada se agradece tanto como reírse de la propia sombra si es que todavía no nos la han embargado. Cada amanecer, los números penden sobre nuestro cuello como afiladas cuchillas. Los puntos y porcentajes, los índices y los tipos de cambio se han convertido en criaturas malignas, en imitadores de aquel legendario “hombre del saco”.
Mientras tanto, la Tierra sigue girando en su órbita, ajena a las preocupaciones y temores de sus criaturas. El universo sobrevive a las servidumbres del capital, y halla otras razones para perpetuarse más allá del resplandor del oro. Aún cuando el caos parezca adueñarse de nuestros días el trabajo de respirar continúa. El camino es perseverar y negar interiormente la derrota, recordando siempre que el río de la vida nunca cesa de fluir. Y es que ¡podemos aprender tanto del agua en este tiempo de turbulencias! Lo importante, y acaso la tarea más difícil, es siempre mantenerse en el eje del ser y no dejarse tambalear por las múltiples manifestaciones de la superficie siempre cambiante y siempre ilusoria del tener. Las aguas bajarán claras unos días, turbias otros, pero el impulso de nuestra naturaleza es navegar la corriente que conduce hacia ese mar sereno donde todo afán se culmina y todo dolor se desvanece…
Girasoles al amanecer en Marmolejo – Jaén
¡¡¡Gracias, Marmolejo, por el espacio, la hospitalidad y el cuidado en los detalles, que propiciaron nuevos planteamientos!!!
Silencio
“El silencio es el ámbito donde todo se oye…” Rilke
El silencio se busca hoy como una terapia que pueda reparar nuestro cerebro lleno de preocupaciones y prisas. Pero todos sabemos que ese espacio silencioso es sólo un breve descanso; la vida de cada día, con su desenfreno, se acaba imponiendo siempre. Y cuando la huida del ajetreo no es posible, entonces se buscan espacios de relax, grupos de meditación, de yoga, todo con el fin de poder sobrevivir. Pero el buscador, la persona que dentro de sí vivencia el crecimiento de la luz y espera gozosa la llegada de la Primavera, sabe muy bien que el silencio no está hecho para calmar la mente, no supone una experiencia de relajación, una dormidera ante el agobio de la vida. O no sólo eso. La pedagogía del silencio auténtico está concebida para aprender a escuchar. Por eso tanto para los buscadores solitarios como para las comunidades que están implicadas en el crecimiento de la consciencia, el silencio no es un valor absoluto, es sólo una condición fundamental para estar atentos…
El silencio auténtico no es pues un espacio meramente terapéutico, aunque esto tenga su valor, sino la condición para escuchar, desde lo más profundo de nosotros mismos, la Palabra. Y cuando las palabras brotan de ese silencio sereno y atento traspasan sus límites y, aunque sigan diciendo lo que siempre se ha dicho, nos dejan en el alma la paz que traen de ese silencio donde nacieron…
En La Carolina – Jaén
¡¡¡ Gracias, La Carolina, por ese silencio receptivo del que nacieron palabras colmadas de paz!!!
El Rostro de la Diosa
… Permitidme que, si bien el punto de partida de este discurso ha sido el grito desgarrador de aquella mujer de antaño – eluda los pormenores de la mujer actual, que ya todos conocemos en nuestros días, para dar un salto hacia la esencia misma del ser humano y de la vida, en el humilde intento de mostraros el Rostro de la Diosa, de esa diosa que habita en las profundidades de todo hombre y de toda mujer.
En la mayoría de los antiguos relatos sagrados, todo en el universo nacía siempre del encuentro y la síntesis de un principio masculino y un principio femenino. Así, la Tierra, virgen en su origen, fue fecundada por los rayos del sol, y es gracias a esta acción bienhechora que pudo dar vida a todo lo que existe, la Naturaleza y la Humanidad. Desde entonces los antiguos hicieron de la tierra, de la Diosa-Tierra, la representación simbólica del gran principio femenino de todas las cosas, y del Sol, la del principio masculino por excelencia. Este es el motivo por el que en todas las tradiciones en las que se venera a una Diosa-Tierra, siempre aparece un culto solar firmemente asociado. Tanto los egipcios, como en el caso de los incas, los griegos o los celtas, no hay Diosa-Tierra sin Dios-Sol, su complemento indispensable.
Entre las múltiples formas en las que ha sido representada la Diosa a través de la historia, trato aquí de plasmar algunas imágenes que resonaron con fuerza en mi interior y que, espero, creen las mismas resonancias entre vosotros.
Cuando la Diosa mantiene todas las potencias, si es una en sí misma, es la llamada Virgen Celeste, representada en ocasiones como andrógina para resaltar ese aspecto de auto-posesión, de completud, de totalidad. Y si aparece como lo femenino por excelencia, es la energía primordial: impulso, flujo, corriente, dinamismo vital, fuerza y sostén. Es el Alma del Cosmos y de lo masculino en general, de ahí su búsqueda desde el ámbito psicológico como complemento interno y factor de regeneración.
Es la Gran Madre Celeste en el Cosmos, y en nuestro mundo es la Tierra Madre, el suelo firme que brinda un hogar a sus criaturas, la tierra fecunda que nutre a todos los seres sin excepción, la vieja Pachamama de la región andina. Es la Naturaleza toda que tanta imaginación y belleza derrocha por doquier procurando incontables formas y recursos para sus pequeñuelos…
…. Y ya, para dar la última pincelada a los diferentes rostros que la Diosa ha mostrado a la humanidad, sólo me queda por decir que, aunque Ella sea eternamente antigua es, sin embargo, permanentemente presente; acercarnos a su esencia es entrar en su reino y es hacerla reinar en nuestro interior, Es descubrir aquello que, de un modo u otro, como seres vivos, hombres y mujeres, late en nuestra alma; aún más, es recobrar el alma porque Ella es el Alma misma. Desde esta perspectiva nosotros le pertenecemos a la vez que su faz habita en nuestras profundidades.
Celebración del Día de la Mujer en Beas de Segura – Jaén // Asociación Cultural el Yelmo // VI Certamen Literario “Carmen de Michelena”
¡¡¡Mi agradecimiento a la Asociación Cultural El Yelmo, por la oportunidad de ofrecer un Rostro Perenne en el Día de la Mujer!!!
Comunicar no es hablar
Encuentro con el Club de Lectura de Castillo de Locubín – Jaén – Instituto Pablo Rueda
¡¡¡Gracias, amigas, por insuflarle vida en vuestras lecturas a esos fragmentos de los girasoles!!!
Cambios de paradigma
Con anterioridad a los primeros manuscritos hubo un extenso periodo de la humanidad, en cuya comparación la historia escrita es relativamente corta, en que los pueblos tenían una visión encantada sobre el mundo en el que vivían. Nuestros cuentos, mitos y leyendas están poblados de hadas, magos, duendes, ninfas y otras formas sutiles que asoman por doquier en los bosques de la infancia.
Antes de la palabra escrita, la transmisión del conocimiento era oral y así iba pasando de generación en generación a través de los cuentos, leyendas y mitos. Después de esta etapa pasamos a un cambio de paradigma, del mythos al logos. En este proceso, que fue lento, las primeras palabras escritas consistieron en códigos religiosos y legislativos. Inmediatamente después surgen las primeras crónicas históricas, concretamente en la Grecia Clásica y en la Antigua Roma. Los romanos tuvieron el afán de poner por escrito sus gestas heroicas –de ahí que el primer género literario sea la epopeya – y es entonces cuando empieza, propiamente hablando, la Historia.
Actualmente, la humanidad se halla ante otro cambio de paradigma. La física cuántica está mostrando lo que hace miles de años afirmaron los grandes maestros del conocimiento, esto es, que lo observado se transforma ante la Mirada del Observador…
Girasoles al amanecer en Torredelcampo – Jaén
¡¡¡Gracias, Torredelcampo, por extraerle un nuevo aprendizaje a los girasoles!!!
La intimidad de la página
Un libro sigue estando vivo mientras su esencia siga latente en la memoria de aquéllos que viajaron entre sus líneas. En mi caso, Girasoles al amanecer sigue viviendo en cada uno de mis discursos pues al expresar su contenido una y otra vez, al recorrer sus pasajes repetidamente, sigo aprendiendo más allá de sus capítulos.
Más allá de los géneros literarios busco la intimidad de la página, el susurro de la medianoche, ése que me hace escribir sobre las cosas que nunca nos planteamos a la luz del día cuando otros asuntos acaparan nuestra atención. Busco ese espacio en el cual escritor y lector se encuentran e intercambian roles, de tal manera que el que escribe está leyendo en su sangre, en sus recuerdos, en sus vivencias…, y el que lee reescribe y reinterpreta sus recuerdos, sus circunstancias y sus percepciones sobre sí mismo y sobre la vida. Busco, en definitiva, crear páginas abiertas a tantas interpretaciones como lectores a quienes lleguen sus contenidos…
Girasoles al amanecer en Alcaudete / Jaén / Dentro del Programa de Actos dedicados a conmemorar el Día de la Biblioteca
¡¡¡Gracias, Alcaudete, por mostrarme en este reencuentro que todos hemos crecido un poco más, desde que vine a presentaros Semillas de un sueño!!!