Yo no diré que conozco al Amor.
Prefiero hablar sólo de lo que sé,
que es decir algo y es decir nada.
O decir palabras que se miran y se abrazan en infinitas soledades.
O decir miradas que ansían derramarse en otra piel, otros labios, otro cuerpo.
Por eso prefiero decir mirándote, y no sentir distancias entre tu boca y la mía, ni entre tu voz y la mía, ni entre tu cuerpo y el mío.
Será que, sin saberlo, nací contigo y te olvidé pasando el tiempo.
Yo no diré que te conozco ¡oh Amor!
Pero ahora que te encuentro, me digo así, en silencio, con mis ojos en tus ojos, que no quiero perderte ni olvidarte.
Y grabo tu piel en mi pecho, y el calor de tu abrazo, y contigo salgo a la calle y me repito que el mundo es otro, que ya no es el mismo, porque recobré la memoria de tu carne…