Los pasos andados logran su razón de ser cuando volvemos la mirada hacia atrás, apreciando cómo las huellas de cada pisada delinean el camino que nos situó en el presente. Por eso es necesaria la perspectiva que nos ofrece el tiempo y la distancia, porque nos permite entender el significado de cada vivencia al ubicarla en el lugar que le corresponde dentro de una trayectoria, ya sea personal o conjunta; y por eso ha sido escribiendo esta historia cuando finalmente he comprendido la cantidad de cambios, aperturas, engranajes y desapegos provocados en mi ser: entendimientos imposibles de apreciar en su totalidad mientras vivía la experiencia aquí narrada.
Hay procesos de nuestra realidad que acontecen lineal o cíclicamente, pero también hay un trasfondo inconsciente que experimentamos a trozos cual piezas de un puzzle vividas desordenadamente: pedazos de existencia a los que no le encontramos el sentido hasta que ocupan su espacio en la imagen completa. Y lo cierto es que no existe un contenedor universal donde expulsar esas vivencias inútiles, o los pasos equivocados, ni tampoco aquellas incongruencias que desmoronan nuestras estructuras mentales. Todo acaba siendo materia reciclable en el arte de vivir, y ello sucede cuando el entendimiento asume su labor de transformación. La luz de la consciencia penetra cada percepción, cada recuerdo, cada circunstancia, y lo hace libre de enjuiciamientos, con la determinación de encontrarle sentido a todo aquello que ocupa un espacio y, por lo tanto, pesa en alguna parte…
Extractos del libro Girasoles al amanecer
Girasoles al Amanecer en Centro Koruma – Barcelona
¡¡¡Gracias, amigas, por esos renglones que palpitaron en la página del corazón!!!