Mis ojos desnudos
no hallan la forma de ver
tu máscara, entre tanta desnudez
repleta de ti.
El misterio es siempre un cebo
que despierta la curiosidad
por conocer qué hay al otro lado
de las palabras,
del velo, del perfil.
Mas, según como se mire,
también podemos mirarlo a la inversa:
hacer como que todo está ya desvelado,
como que hemos reconocido
nuestra vacuidad sin límites
y, por lo tanto,
todas las posibilidades
son posibles al otro lado,
y todas están disponibles
para vestirse de nosotros.
Extracto del libro Miradas Peregrinas