He llegado a la conclusión de que me limito cuando perfilo mis anhelos para el futuro. La vida siempre me ha sorprendido ofreciéndome más de lo que mi imaginación puede abarcar. Así que he acabado por rendirme. Me rindo ante la evidencia de que los zapatos de hoy (las necesidades de hoy) no encajarán en los pies del mañana. No, no son los zapatos los que hacen el camino, sino la voluntad actualizada en cada día de dar los pasos necesarios para andarlo…