“No me gusta ver a ningún animal enjaulado, y veo a tanta gente enclaustrada en su persona, en su relación, en sus circunstancias; observo a tantos de ellos salir de unos barrotes para entrar en otros que me aterroriza la idea de que algo así pudiera ocurrirme. En una ocasión tuve la oportunidad de observar a dos pajarillos encerrados en la misma jaula. La mayor parte del tiempo la pasaban marcando su reducido espacio, llegando incluso a agredirse físicamente por defenderlo. Una mañana amaneció muerto uno de ellos; y el otro, por fin parecía respirar tranquilo y sereno. Tal vez mató a su compañero para deshacer su propia imagen de animal enjaulado, quizá le fuese insoportable la idea de mirarse en el espejo que el otro le ofrecía, acaso no pudo aguantar el aprisionado reflejo de sí mismo” // Extracto del libro Semillas de un Sueño