Hay poemas resplandecientes y otros cansados, poemas largos, poemas con polvo… Todos ellos me enseñan paisajes de la vida, relieves del ser.
En el levante traza el sol una estrofa de radiante esperanza, y luego escribe una línea con letras de melancolía por el horizonte de un ocaso.
Las nubes dejan caer una rima de lluvia y el viento responde levantando nubes de polvo en palabras secas que quieren mojarse.
A veces el día es una poesía demasiado larga que nos deja sin aliento para saborear el último verso o el primer beso.
Hay poemas a destiempo, poemas tristes, poemas con un grito en su trazo cadencioso… Todos ellos me enseñan panoramas del amor…