Escribo con mi vida.
No está mi pluma protegida de la redundancia
ni está el verbo ileso de la vivencia.
Escribo lo que viven las letras
y vivo lo que muestran las frases.
Imprimo el pensamiento por el puro gozo de crear,
mas no por conseguir la dicha,
no porque la plenitud esté en una página.
No digo las cosas ni hago los trazados
ni exprimo el entendimiento para ser más
de lo que soy sin adjetivos.
Escribe la vida cuando se colma de mí
y me derrama como tinta de palabras…