Empezaba a echar en falta una retroalimentación, una simple línea que me indicase a modo de termómetro la temperatura de este último trabajo, Los Ojos de la Noche. He sentido en estas semanas un silencio tupido, ya que los ejemplares distribuidos dan opción a un comentario al menos, ¡pero no! Silencio, silencio, silencio… Y yo no he preguntado porque preguntar es forzar la respuesta que no está madura para aflorar, o porque sencillamente no hay respuestas ante un círculo que se cierra en sí mismo…
Ayer os lo comentaba en Centre Onna, ¿verdad, amig@s? Quizá me he atrevido demasiado en esta obra, quizá antes de traspasar los límites de un paradigma hay que hallar y mostrar la capacidad de expresión propia dentro del marco definido por la realidad objetiva…
Pienso ahora que quizá el silencio como respuesta sea el territorio donde yo misma haya de decidir sobre esta lectura. Y es que, realmente, he descubierto en mí todas las respuestas que el mundo me pueda ofrecer. Todas las miradas de todos los lectores están incrustadas en mis ojos y puedo leer a través del mismo arquetipo del Lector. Yo misma, desde mi propia fe o desde mi propia incertidumbre, colmo el silencio de lecturas plenas, indiferentes o confusas…
Y así, con estas reflexiones, llegó una maravillosa Respuesta, la primera que rompe el silencio. Y, ¡claro! ¡quién se resiste al elogio! Pero he de ser objetiva, leer entrelineas. Es el Amor hacia la Palabra el que le da vida al verbo. Y es la Mirada del Amor, la que alumbra lo esencial en cada lectura, sin pararse a dilucidar sobre los matojos o ramas secas que puedan asomar entre un párrafo y otro, sino prendiéndole fuego a lo que sobra, y otorgándole calor y luz a una imagen que se amplía…
Más allá del elogio en esta Respuesta, puedo leer entrelineas el apoyo incondicional, el intento que ponen las palabras de hacer volar lo que todavía no ha desplegado sus alas. El aliento de una mirada de amor que impulsa a una visión contenida en su crisálida a percibirse desde la extensión, expansión y ampliación…
Los ojos de la noche en CENTRE ONNA
¡¡¡Gracias, Isabel, Vanesa, Purificación, Laura, Pedro, por el regalo del Re-encuentro!!!
Los silencios, Ángela, que en realidad pocas veces son tal cosa. El silencio es bello, y lleno de mensaje. Me equivoqué vaticinando dificultad a la hora de entregarme a tu trabajo. Te leo y me leo, Los ojos de la noche son tus ojos, mis ojos, los ojos del mundo. Intenté añadir este comentario en tu página sobre el libro pero no he encontrado la manera de hacerlo, si puedes, añádelo. Aún en el inicio, enredada en el Hilo Mágico, liberándome de ropaje molesto y sobrante, disfrutando tu prosa poética, tu poesía conceptual y conectando con el corazón desde el que emanan tus palabras.