El sol asoma por el horizonte con una claridad de neblina azulada, de perfumes oceánicos y clamor de sueños que se van durmiendo hasta que la siguiente noche los despierte.
En el lienzo del día, pareciera que el pintor invisible no tuviese otros colores que el azul intenso del mar y el verde vivo de los campos.
En la neblina de la mañana están escondidos todos los colores y matices de la luz; podemos imaginarlos e interpretarlos mientras la niebla se levanta,
pero es la Realidad la que los hace visibles en cada mirada…