Estuve revisando el libro Semillas de un Sueño, antes de subirlo a la plataforma digital de Bubok… Y es curioso cómo vuelvo a vivir algunos párrafos, aunque de otra manera. Y me parece mágico que, haciendo las correcciones sobre la pantalla del ordenador, también fui haciéndolas en mi página interna actual, ésa donde los hechos ponen de manifiesto que “no me sirven las llaves de ayer para abrir la puerta de hoy.”
No hay puertas que cruzar ante una mirada que viaja a cielo abierto y ve la luz antes de que sus rayos toquen la faz de los días, los relieves de lo concreto, traspasando después las madrigueras psíquicas donde a veces se quedan atrapadas las alegrías.
Sin llaves ni puertas, respiro la esperanza que me regala la levedad del vuelo, y se renueva en mí la confianza de que todo está bien y estará mejor, si cabe la mejoría…