En el Día del Libro

Las palabras no pueden reunir, en todos los libros escritos y por escribir, el conjunto de lo que piensa, siente y vive el mundo que las escribe y recibe. Y es que son inalcanzables para las palabras las cosas que señalan.

Pero si pongo ahora un hilo a todas mis palabras escritas, un hilo como el que hace volar una cometa y da camino al viento, el trazo señala la alegría de haber alcanzado una receptividad, un sentir, una geografía en el corazón del lector…

¡Gracias por solicitar mis libros, Corazones!…

El fruto invisible

Hasta dónde pueden extenderse las ramas, y no dejar de ser raíz, por descubrir otro fruto invisible meciéndose en un soplo de viento.

Hasta que el aire se detiene en la dulzura de una mirada; entonces el fruto es deleite en el paladar del alma, y es savia que estremece al árbol dormido en la áspera corteza de un tronco…

Toma la esencia

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué voy a contarte las veces que me he perdido hasta cambiar por dentro una palabra o un verbo, y elegir amar en lugar de miedo…

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué llevarte por esos tramos renegridos donde el lodo se traga tus colores y te devuelve un nubarrón y una tormenta y un pincel polícromo para que pintes otro arco iris en tu cielo…

Toma el poema,
Toma la flor,
Toma el resultado.

Para qué enseñarte el abismo en la noche gestadora de un nuevo día, si del temor oscuro pende siempre la estrella que te agarra y sostiene con su luz palpitante…

Toma el poema y la flor y la esencia…

AutoExpresión

Las razones para expresarse pueden ser múltiples o ninguna.
Puede ser una voz que, detrás de su fortaleza, esconde a un ser frágil, demasiado frágil. Por esto grita a veces, para hacerse oír, para hacerse comprender.
Pero ¿me comprendo yo? pregunta la voz al silencio.
A partir de ahí, y llegado el momento, la voz entiende por el solo hecho de pronunciarse, incluso cuando nadie la escucha …

Felicidad

No hay una fórmula general para ser feliz. La felicidad no se aprende en los manuales ni tampoco en las aulas. Nadie es examinado para comprobar si su coeficiente de felicidad está en un treinta por ciento o en un sobresaliente. La felicidad no se mide ni está sujeta a contratos de compra-venta y, en todo caso, depende de cada cual, de su disposición interna para sentirse satisfecho consigo mismo y con sus circunstancias.

Mirando el asunto desde otro enfoque, pensaba yo hace años que hay un camino para satisfacer las necesidades circunstanciales y otro que conduce a la felicidad. Hoy, sin embargo, los caminos me parecen una sucesión de momentos en dirección al mar, y me reconozco feliz en todos los instantes en los cuales no siento necesidad alguna de preguntarme dónde está Roma o la Felicidad…

Amistad

«Atrás, en algún punto de la línea del tiempo,
hemos echado residuos en el manantial de la vida,
el único que ha de saciarnos.
Luego, delante, en alguna sed del trayecto,
bebemos el agua turbia que antes arrojamos…”

Cuando dos personas descubrimos nuestra afinidad de corazón, aunque sea por esta vía tan porfiada y tan mágica de las palabras -con esa claridad que nos aclara-, debe ser que hemos ganado la confianza que abre sendas a la Amistad. Somos amigos y, además, abrimos rutas expansivas por encima de nuestras vicisitudes y contingencias particulares. Entonces ni siquiera la falta de contacto cotidiano hace desaparecer lo que apareció de ti y de mí al compartir instantes de apertura. Es por esto que, antes de un ¡Sí! a la Amistad, nos preguntamos cuánto de cerrados o cuánto de abiertos estamos dentro de nosotros mismos, pero, ante todo, cuán dispuestos a transitar con transparencia dentro de otro ser…

Primavera

¡Que sí! Que ya sabemos que todas las primaveras repiten los mismos códigos año tras año. Pero hoy se nos permite repetir que no son las mismas flores, ni los mismos trigos, ni las mismas hojas en los árboles… Ni siquiera cada uno de nosotros somos los mismos, en este viaje precipitado por las estaciones donde, sin embargo, la vida se recrea en su permanente impermanencia, sin dejar de recordarnos que recrearse no es morirse, sino moverse siempre a favor de la vida, cuyo principal propósito es el de no extinguirse nunca.

De hecho, como en un borrón y cuenta nueva, la primavera escribe juventud y vitalidad frente a los días oscuros y fríos del invierno que a su vez propiciaron el aprendizaje de sentirme humilde frente al incuestionable misterio de la existencia, tan humana y tan universal; tan evidente y visible en los entresijos de la vivencia personal, como también en el sol que enciende cada mañana la gran pantalla de la realidad donde van surgiendo signos renovados entre tantas criaturas asomándose a la vida.

Una vez más viene la primavera a recordarme de los individuales florecimientos en la respiración de cada corazón que se aventura a abrirse y exhalar en el porvenir de cada nueva esperanza, de cada destino completándose sin cansancio, dando tiempo al propio tiempo en el giro incansable de los ciclos…

Amantes y amados

La diferencia entre amarte y quererte…

Amar es una entrega sin límites ni condiciones ni exigencias.

El “querer”, sin embargo, lleva un contable incorporado que se descontrola, volviéndose incluso dañino, cuando las cuentas se pintan de rojo en su fórmula matemática, que no mágica.

La fórmula mágica dice que la vida siempre corresponde a lo que hemos entregado, pero el “querer”, tan personal y personalizado, se empeña en que la retroalimentación llegue desde ahí donde ponemos nuestros sentires.

Acaso por estos desajustes entre lo que esperamos del otro, y lo que el otro puede o quiere o le nace del alma entregarnos, es tan fácil irse del extremo del «querer» al del despecho.

Y por esto es tan interesante que la experiencia nos haga vivir en los dos lados del espejo, a veces como deudores y otras veces como acreedores. Pero ¡no nos quedemos en lo interesante! La experiencia es liberadora cuando logramos romper el cristal ilusorio de la polaridad, cuando tú y yo somos al fin como al comienzo: amantes y amados…

El futuro al que me abro

Hay un futuro que responde a una línea interminable de repeticiones hechas en el pasado. Pero no es a este futuro hacia donde miro ahora; porque luego será lo mismo que fue antes, a no ser que ahora gire aunque sólo sea un grado en la percepción de estímulos y respuestas, de causas y efectos, de ilusiones que se desilusionan.

El futuro del que hablo, y al que me abro, me despierta desde el Recuerdo latente y no desde la memoria durmiente que adormece en su sueño. Es el Recuerdo que me hace decir lo que no sabía que yo sabía; el que me hace ver por dentro de la forma, el que roza por encima y por debajo del relieve de las cosas… el que trae la fragancia de una rosa aquí donde no hay rosas…

Ciencia y mística

Leyendo el libro de Fritjof Capra “El Tao de la física», detengo mi lectura en el final de un capítulo que acerca los descubrimientos recientes de la física cuántica y los planteamientos sostenidos por los místicos orientales durante miles de años.

El científico que observa las partículas atómicas en sofisticados aparatos de medición y el místico que practica técnicas de meditación para traspasar toda concepción adherida a la mente humana concluyen en el mismo punto aun habiendo recorrido diferentes vías. Esto es, la unidad indivisible que subyace en todas las formas y manifestaciones. Ambas vías, la física atómica moderna y la tradición oriental ofrecen la misma visión de la realidad última como un complicado tejido, o telaraña, de relaciones entre las diversas partes de un todo unificado. Relaciones que se alternan, superponen y combinan determinando así la textura de la totalidad…

Mi tendencia natural hacia la meditación me ha acercado desde siempre al mundo de los místicos huyendo de las abstracciones científicas. Desde hace años busco a través del acallamiento de la mente el trasfondo que da forma, sostiene y une hasta las contradicciones más evidentes. Sin embargo, he de reconocer que Capra ha conseguido atraparme en su exposición sobre los avances de la física subatómica. Al principio, me he visto como la observadora de esas partículas que constituyen el átomo. He vivido el proceso de identificación en sus probabilidades de existir o sus tendencias a ocurrir. Según los resultados de tales experimentos de medición, estas partículas no son nada si no es a través de su relación con el resto de componentes del microuniverso que las sostiene, y lo más curioso de todo es que el observador se incluye como un elemento más del proceso. Los científicos empiezan a cambiar la idea de observador por el de participe. En palabras de Heisenberg: “Lo que nosotros (los físicos) observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de interrogación…”

Luego, a medida que avanzo en la lectura, me he convertido en la misma partícula. Me he separado del todo que me constituye para descubrirme en mi individualidad, para finalmente comprender que no soy nada como ente aislado, sino que son mis relaciones a todos los niveles las que dejan una huella en la trama del tejido vital.

Crónicas Viajes Abstractos

Cuando conocí a Domingo García, allá por el 2010, lo primero que dijo fue: «Tengo los bolsillos rotos y por los agujeros se me caen todas las palabras». A lo largo del tiempo pude comprobar cuán grandes eran sus bolsillos y qué ciertas sus palabras…

Ese rastro generoso que fue dejando en el camino, queda recogido en el Blog «Crónicas de Viajes Abstractos». Esta recopilación de paisajes mentales, tan suyos y tan de todos, muestra que los pensamientos nos anteceden y siguen su viaje más allá de nosotros mismos…

Percepción sin límites

Vivimos como criaturas de un bosque mental, acechando y a la vez siendo acechadas, marcando nuestros territorios, definiéndonos en esto o aquello o lo mejor; negando lo otro, lo peor es lo otro y del otro, en una constante contraposición del ser y no ser.

Las alturas de la percepción abarcan los dos extremos de la dualidad con toda su gama de contrastes. Y no hay motivo de conflicto cuando vemos que cada pensamiento, cada sensación, cada movimiento, ocupan su lugar en el todo que nos configura.

Esto lo ve la mirada que alza el vuelo y contempla las cosas desde más arriba. Ganamos la altura que se sobrepone a la jaula identificadora, y una visión más amplia acoge lo que antes hemos negado, lo que antes no considerábamos como nuestro. Son instantes de comprensión profunda, de paz expansiva donde quisiéramos anclar el enfoque de la consciencia y quedarnos ahí donde sucede la percepción sin límites: la libertad…

Es necesario…

A medio gas nos quedamos a medias en el ruido del mundo.
Es necesario hacerse silencio e invertir las fuerzas que se desgastan, en fortalezas que nos regeneran.
Es necesario hacerse visión por encima los oscuros agujeros que debilitan.
Es necesario soltarse de fragmentos que se entrechocan en la contradicción.
Es necesario unificarnos, sobre todo por dentro, porque hacerse uno es hacernos todo en la realidad.
Es necesario saber esperar el momento, ser pacientes y no perdernos en la explosión de un instante, sino aprender a conducir ese poder, sea lo que sea que podemos, hacia el propósito de trascender en lo que ya somos y nos espera desde siempre…

El Intento

Resulta fácil configurar palabras de ánimo en el abstracto de las frases motivadoras. Luego resulta lo que resulta donde no llegan las palabras, a la raíz del olvido, del dolor, de la tristeza… Es fácil decir, y es difícil a ratos sentir lo que sentimos.

Sin embargo, sea o no sea fácil, desde la misma raíz lo intentamos: “Ánimo, tú puedes”. Así como si tomáramos el impulso de salir de un barranco, un hoyo, un laberinto, una madriguera, o cualquier lugar confuso donde la luz apenas llega.

Sí, ya sé, resulta fácil decir que en el Intento está el logro, la salida, el cambio; otra cosa es sentir cómo nace su fuerza ahí mismo, donde vivir aprieta…

Sentido de la propiedad

Lo tuyo…
Lo mío…
Da igual cómo lo nombremos.
Lo mío es tal si me hace suyo, y le hago mío.
El sentido de la propiedad es pasivo y es activo.
En su pasividad es acumulación, coleccionismo, depósito…
Y es cuidado, responsabilidad, compromiso en cada acción…
Pero, la verdad de las verdades, es que somos nosotros mismos en eso que hacemos nuestro.

La vida curvándose

A veces la vida me detiene en un paréntesis
(por delante de tantos momentos ya escritos
o como antesala de muchas páginas por vivir).
Mas, si por esta vez pongo alas a la pausa,
veo desde otra altura que el ayer y el mañana
están curvándose para proteger este tiempo
gestador de nuevos paisajes…

Acompasamiento

Y al final todo concluye en el comienzo:
en que tú y yo estamos encontrados en la esencia
aunque no acabemos de encontrarnos en las formas.
Esto es que algunas formas tuyas y mías
hacen chirridos cuando se rozan.
Pero, si tú afinas las notas y yo afino las palabras,
puede surgir una preciosa canción de nuestro encuentro.
Un canto acompasado que podría empezar diciendo:
«Desde siempre te espero porque he de amarte para siempre…»

Sueños realizables

Los sueños, si no son realizables, son quimeras, fantasías, distracciones o escapes de la realidad. Yo quiero pintar un sueño realizable pero no encuentro los colores del día en el fondo de mis pupilas. Acepto pues que estoy anochecida, y que todo está por despertar con otros matices e intensidades.
Yo sé que vienen amaneceres con otros soles, pero ahora resplandece la Luna y es su luz la que escribe signos en los cielos de la madrugada. Luego, o acaso en este mismo renglón, una noche despierta y una noche dormida se encuentran. Después, o quizás entre un segundo y otro, unos sueños compartidos se desperezan, se dejan tocar por la realidad del día así como la luz del sol toca la mañana y hace visibles las cosas invisibles en la madrugada.
Dejemos pues que los sueños despierten y nos despierten, ellos mismos nos dicen lo que es real y realizable…

Serenidad

Puntuales a la cita con el Devenir, nada sabemos todavía. Son los primeros compases de una nueva música de encuentro. Pero algo ya sabemos: nuestra puntualidad es que la prisa y el estrés no existen sino como una “diversión” de la mente, que juega a relinchar y a ser un caballo loco o desbocado. Las riendas del caballo interior son la serenidad.
Con actitud serena, incluso en la dinámica de los momentos agitados, hemos aprendido a sujetar las riendas, a encontrar la calma, el remanso de la poesía que no tiene palabras, que canta sin palabras como las gotas que salpican las fuentes o los arroyos, mostrándonos esa quietud activa del “somos-sin-morirnos-mientras-estamos-siendo”…

Carta de los Reyes Magos para ti

Viaja esta carta a través de tus sueños buscando la orilla de tu corazón. Ahora que somos pequeñas figuras difusas en tu recuerdo, porque tú te hiciste tan grande en la geografía de tus vivencias, se hace más largo el recorrido de esta misiva, pero no por esto llegará más tarde. Cuando tú recibas esta carta, es porque ya crecieron tus ojos como para sentir el asombro ante ese Misterio que impulsa tus pasos y desvela tu camino, el tuyo, haciéndote protagonista de una historia vinculada a todas las historias que te preceden, sobrepasan o circundan, pero que nadie puede vivirse más que tú, ni de la cual alguien que no seas tú puede hacer la lectura completa.
Viaja esta carta hacia tu orilla porque tú has caminado en tus sueños hacia este lado del espejo, trayendo crecidos los regalos que te hicimos en tu nacimiento. Cuando leas esta misiva escrita en el reino de la magia, con palabras mágicas, es porque ya puedes recordar que fue a ti, cuando tú naciste y la luz nació contigo, a quien vinimos a entregar nuestros presentes, a quien dimos los recipientes que portarían y protegerían el destino de esa luz que eres, en el viaje por tu propia historia. Ahora ya puedes acordarte que te hicimos entrega de tres dones: Pensamiento, Palabra, Acción. Pensamientos conductores de tu luz. Palabras que configuran los contornos de tus sueños. Acciones que le dan cuerpo y realidad al milagro de tu vida.
Sí. Ahora ya se abrieron tus ojos con inocencia y puedes recordar. Por eso mismo, nosotros, Los Reyes Magos, te escribimos esta carta para decirte que seguimos creyendo en ti. Que pase lo que te haya pasado, y lo vivas así como en ti se esté viviendo, NOSOTROS SEGUIMOS CREYENDO EN TI. Y en esta orilla de tu corazón esperamos desde siempre tu llegada en cada Presente que nos Regalas tu Presencia…