Crecí entre olivares, en Castillo de Locubín, Jaén. He cogido aceitunas, he tirado de los fardos y he disfrutado del pan chorreando aceite sobre mis manos, en el descanso del mediodía bajo la sombra de un olivo. La verdad es que podría ser cada una de las personas que viven en cualquier pueblo o ciudad; la aprendiz, la trabajadora, la inconformista, la soñadora, el ama de casa. Cada persona tiene un libro que escribir con su vida, que imprime a fuerza de arrugas, roces, risas y lágrimas. No son las palabras las únicas que cuentan historias; es la manera en que vivimos cada experiencia la que muestra cómo estamos escribiendo cada capítulo de nuestra particular novela. ¿Con resignación o aceptación? ¿Con alegría o fastidio?
Quizá fuera la rebeldía la que me empujó un día a cambiar mi propia historia. Salí a conocer otras gentes, a perderme en grandes ciudades, y comprendí que uno puede salir de su tierra pero ¡cómo desvincularse de las raíces de uno mismo! Hoy agradezco a la vida por haber nacido y crecido en un entorno que me hizo apreciar la fuerza de la naturaleza y el lenguaje silencioso de sus ciclos siempre cambiantes. Hoy retorno al regazo de la Madre Tierra y desde su cobijo viajo a través de otras páginas más vivas que despliegan sus signos a cada instante…Aprendo de los incontables mundos que coexisten en el espacio que abarca una mirada, y me aprendo en ellos… Soy autodidacta en mi búsqueda incesante por descubrir al ser humano en todas sus dimensiones. Desde muy joven sentí la necesidad de expresar en un papel confusos planteamientos sobre el sentido profundo de la vida, el amor, las relaciones… Una mirada de autodescubrimiento que con el tiempo se ha ido aclarando pero que en un principio no halló sino palabras y más palabras. Palabras que me definieron, y otras con interrogantes que necesitaban de más palabras para cerrarse. Así nació la escritora…
Quizá fuera la rebeldía la que me empujó un día a cambiar mi propia historia. Salí a conocer otras gentes, a perderme en grandes ciudades, y comprendí que uno puede salir de su tierra pero ¡cómo desvincularse de las raíces de uno mismo! Hoy agradezco a la vida por haber nacido y crecido en un entorno que me hizo apreciar la fuerza de la naturaleza y el lenguaje silencioso de sus ciclos siempre cambiantes. Hoy retorno al regazo de la Madre Tierra y desde su cobijo viajo a través de otras páginas más vivas que despliegan sus signos a cada instante…Aprendo de los incontables mundos que coexisten en el espacio que abarca una mirada, y me aprendo en ellos… Soy autodidacta en mi búsqueda incesante por descubrir al ser humano en todas sus dimensiones. Desde muy joven sentí la necesidad de expresar en un papel confusos planteamientos sobre el sentido profundo de la vida, el amor, las relaciones… Una mirada de autodescubrimiento que con el tiempo se ha ido aclarando pero que en un principio no halló sino palabras y más palabras. Palabras que me definieron, y otras con interrogantes que necesitaban de más palabras para cerrarse. Así nació la escritora…
12 de Junio de 2008 // presentación de GIRASOLES AL AMANECER en Castillo de Locubín
¡¡¡Gracias, gracias, gracias, conciudadanos-as, por mostrarme que también es posible escribir en el aire!!!
Hola Ángela me llamo Mª Ángeles
Enhorabuena, girasoles al amanecer me ha encantado, sigue escribiendo asi.
Me encanta cuando presentas tus libros con que dulzura y cariño nos narras como has llegado a escribir estas historias tan bonitas
un abrazo