Las palabras no pueden reunir, en todos los libros escritos y por escribir, el conjunto de lo que piensa, siente y vive el mundo que las escribe y recibe. Y es que son inalcanzables para las palabras las cosas que señalan.
Pero si pongo ahora un hilo a todas mis palabras escritas, un hilo como el que hace volar una cometa y da camino al viento, el trazo señala la alegría de haber alcanzado una receptividad, un sentir, una geografía en el corazón del lector…
¡Gracias por solicitar mis libros, Corazones!…