No hay más que lo que este ahora tiene para entregarme.
En la manera en que acojo este momento,
así estoy entregándome a la totalidad del Gran Instante.
Parece, sin embargo, que siempre falta algo en el todo de un momento,
de cada instante colmado de una plenitud que duele
porque quiero saciarme de totalidad sin perder, sin entregarme.
No hay más que lo que este ahora me entrega.
Todo cuanto busco y anhelo está en otra parte, en otro instante.
Lo puedo asumir como una reproducción de ausencias
o lo puedo vivir como una comunión con la Presencia.
Y, después de tantos momentos de ausencia, de carencia,
elijo el instante en Presencia, en entrega.
Éste es mi presente de amor.
Así es la Presencia que mira por mis ojos
y los cierra a todo lo demás, para yo que te sienta.