Más allá de los géneros literarios, busco la intimidad de la página, el susurro de la medianoche, ése que me hace meditar en las cosas que nunca nos planteamos a la luz del día, cuando otros asuntos acaparan nuestra atención. Más aquí de cuanto sucede afuera, encuentro ese espacio en el cual escritor y lector intercambian sus roles; de tal manera que, quien escribe, está leyendo desde otro nivel, y, quien lee, reescribe su forma de ver, sentir, escuchar…