¡Ay, Abuela Luna! Si me falta la alegría de vivir, por qué entonces amanece cada día. Si no me es dada la claridad del Misterio, por qué la noche despliega su manto de estrellas. Si no siento el pálpito del amor, por qué este necio corazón sigue latiendo en un constante desafío a la muerte…
Y la luna responde: ¡Ay, cielo! Deja que el Amor te abrace. Tan sólo viene la muerte cuando amas la vida. Es la única forma de cruzar a la otra orilla: nacer y morir simultáneamente. Acercarse a la fuente cantarina y a los lamentos de una piedra. Quemarse con el fuego y despedirse de sus cenizas… Extracto del libro Los Ojos de la Noche
¡¡¡Gracias, amig@s!!! Por el espacio y la oportunidad que me ofreció este Encuentro de avivar un nuevo fuego, de alumbrar un nuevo canto…